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Informe de Anual al Congreso
2021
Publicado el 15 Dic 2022
“El banco tiene por finalidad promover, en la medida de sus facultades y en el marco de las políticas establecidas por el gobierno nacional, la estabilidad monetaria, la estabilidad financiera, el empleo y el desarrollo económico con
equidad social.”Artículo 3º, Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina.
Lineamientos Generales
La actividad económica se recuperó en 2021 a un ritmo superior al previsto a comienzos del año. Esta fase fue posible gracias al importante avance logrado en la campaña de vacunación y a una infraestructura sanitaria mejor preparada. El contexto sanitario más favorable permitió que continuara el proceso de reapertura y dinamización de la economía doméstica, aunque con desempeños sectoriales heterogéneos. Entre los componentes de la demanda agregada se destacó el crecimiento de la inversión.
En un entorno macroeconómico más dinámico, la inflación minorista se mantuvo en valores elevados durante el año. Sobre una elevada inercia inflacionaria, se sumaron la incidencia de los precios internacionales, la recomposición observada de los márgenes de comercialización en ciertos sectores y el reacomodamiento de precios relativos de los servicios privados ante la reapertura de actividades en un contexto de mejora en la situación epidemiológica. A esto se sumaron la mayor volatilidad financiera asociada al proceso electoral y la incertidumbre en torno al acuerdo con el FMI a fines de año, que se reflejaron en expectativas de devaluación e inflación más elevadas.
En 2021 el Banco Central de la República Argentina fue adecuando la política monetaria a estas condiciones económicas prevalecientes. La reducción del déficit fiscal y el proceso de reconstrucción del mercado de deuda doméstica, que permitió canalizar una parte creciente de las necesidades del Tesoro, permitieron una reducción en el financiamiento monetario al Tesoro Nacional sin afectar el proceso de crecimiento económico. En este contexto, el BCRA llevó adelante una política de crédito focalizada en los sectores más rezagados, con un especial énfasis en el desarrollo productivo.
En línea con los objetivos planteados por el BCRA a principio de año, los agregados monetarios convergieron gradualmente a lo largo del período a un valor cercano a su media histórica (2010-2019). La existencia de una amplia variedad de instrumentos de ahorro en pesos, que resguardaron el valor del capital y aseguraron un retorno positivo respecto de la evolución de los precios y del tipo de cambio, permitió que el BCRA pudiera mantener inalteradas las tasas de interés de referencia para poder acompañar el proceso de recuperación de la actividad económica.
Dentro de la estrategia de flotación administrada, a lo largo de la primera parte del año el BCRA adecuó el ritmo de depreciación en forma gradual a las necesidades de la coyuntura priorizando contrarrestar, al menos parcialmente, las presiones inflacionarias anteriormente mencionadas. En la segunda parte del año, sin embargo, durante el periodo preelectoral, en donde el sector privado suele acentuar su patrón de dolarización, se elevó la volatilidad financiera. En respuesta, la autoridad monetaria recalibró su intervención en los mercados de cambios spot y a término, y adaptó la regulación cambiaria a los fines de preservar la estabilidad cambiaria y promover una asignación eficiente de las divisas. Pasada la incertidumbre vinculada al proceso electoral, el BCRA retomó una dinámica cambiaria más acorde con los pilares de mediano plazo planteados a comienzos de la gestión en 2020, acelerando el ritmo de depreciación para llevarlo gradualmente a niveles más compatibles con la tasa de inflación doméstica.
Así, durante el año 2021 el BCRA desplegó una política monetaria activa en un entorno dinámico, contribuyendo a la recuperación económica generadora de empleo y protegiendo los ingresos de los hogares, preservando la estabilidad monetaria y financiera.



