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Informe de Anual al Congreso
2023
Publicado el 26 Dic 2024
“El banco tiene por finalidad promover, en la medida de sus facultades y en el marco de las políticas establecidas por el gobierno nacional, la estabilidad monetaria, la estabilidad financiera, el empleo y el desarrollo económico con equidad social.” Artículo 3º, Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina
Lineamientos generales
La política monetaria y cambiaria que se venía impulsando durante los años anteriores, y que continuó entre enero y noviembre de 2023, desembocó en un cuadro de inestabilidad macroeconómica y estanflación, desbalances fiscal y externo, reservas internacionales netas negativas, baja intermediación financiera, grandes distorsiones en los precios relativos y un entramado de regulaciones y trabas diseñadas para reprimir y demorar las consecuencias inflacionarias del financiamiento monetario del déficit fiscal.
Durante 2023, primero por la fuerte sequía, y luego durante el período de campaña electoral, estos problemas se agravaron hasta llevar a la economía a una situación crítica. Se estima que, en conjunto, las medidas con fines electoralistas elevaron el déficit fiscal en más de 1 punto porcentual (p.p.) del Producto Interno Bruto (PIB). En un contexto en el cual el acceso al financiamiento soberano se encontraba limitado, se recurrió al financiamiento monetario del Banco Central de la República Argentina (BCRA). En el caso del financiamiento directo, a través del otorgamiento de adelantos transitorios y del giro de utilidades. En el caso de los instrumentos de deuda en pesos, el Tesoro Nacional logró el roll over de todos los servicios de capital e intereses de los instrumentos de mercado, en un marco de una activa intervención del BCRA en la negociación secundaria (monetización fiscal indirecta). Gran parte de la expansión monetaria para financiar al Tesoro Nacional fue esterilizada mediante la emisión de pasivos remunerados del BCRA, que también continuaron creciendo endógenamente por efecto de la tasa de interés. Todo esto llevó a que los pasivos monetarios remunerados alcanzaran un saldo de $248.000.000.000.000 (pesos doscientos cuarenta y ocho billones) a noviembre, representando un 9,8% del PIB y casi 3 (tres) veces la base monetaria.
Las necesidades de financiamiento al Tesoro Nacional y la política de tasas de interés no sólo aumentaron fuertemente los pasivos del BCRA y deterioraron su composición, sino que también afectaron al activo de su hoja de balance. Las ventas de divisas en el mercado oficial y en los mercados financieros y los pagos de deuda redujeron las reservas internacionales. Tras registrar una caída de más de USD56.000.000.000 (dólares estadounidenses cincuenta y seis mil millones) desde el máximo registrado en abril de 2019, las reservas internacionales brutas se ubicaron en USD21.000.000.000 (dólares estadounidenses veintiún mil millones) al 11/12/23, mientras que las reservas internaciones netas (una vez deducidos el swap con China, los pasivos con Seguros de los Depósitos Sociedad Anónima (SEDESA), la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), el Banco de Pagos Internacionales (BPI; en inglés, Bank for International Settlements o BIS) y los encajes en moneda extranjera de los bancos comerciales) se ubicaron en terreno negativo desde mayo de 2023, con un registro negativo de USD 11.200 millones al 11/12/23.
El cambio de autoridades a partir del 10/12/23 originó una transformación del marco de política monetaria y cambiaria con el objetivo de corregir los desbalances monetarios, avanzar sostenidamente hacia la eliminación de los controles y restricciones y recuperar el uso pleno de todos los instrumentos de política monetaria.
Se anunció el establecimiento de un nuevo tipo de cambio y se definió un sendero de deslizamiento del 2% (dos por ciento) por mes, de manera de proveer un ancla nominal que se extienda más allá del periodo de sinceramiento de precios relativos. También se puso en marcha una estrategia para ordenar la deuda de los importadores con los proveedores del exterior y simplificó el pago del flujo de importaciones. Complementariamente, se bajó la tasa de política monetaria.
Estas primeras medidas constituyeron un paso fundamental para reestablecer los equilibrios macroeconómicos básicos, encaminar un proceso orientado a sanear el balance del BCRA, disminuir las fuentes de emisión, recuperar la potestad plena de todas las herramientas de política monetaria, alcanzar la estabilidad monetaria y reducir la inflación.



