La política monetaria permitió amortiguar las consecuencias de la crisis sanitaria

La política monetaria llevada adelante por el Banco Central permitió amortiguar las consecuencias en el nivel de actividad económica generada por la crisis sanitaria del COVID 19, a través de la utilización de instrumentos que facilitaron el acceso al crédito y redujeron su costo para aliviar la situación financiera de empresas y familias, al tiempo que se implementaron medidas para proteger el ahorro en pesos de los hogares. Esta es una de las principales conclusiones del Informe de Política Monetaria que elabora el Banco Central, correspondiente a los primeros meses del 2020.

La pandemia global del COVID-19 golpeó al país en el medio de la emergencia económica y social desatada por los efectos negativos de la crisis de balance de pagos y de deuda de 2018-2019, atravesando una recesión de más de dos años y partiendo de niveles de inflación récord desde comienzos de los años noventa.

La naturaleza epidemiológica del shock y el consecuente abordaje sanitario de la crisis permite anticipar tres fases dentro de este ciclo económico, marcado por fuertes restricciones de oferta y la consecuente retracción de la demanda en una primera etapa, una flexibilización progresiva luego, hasta alcanzar finalmente una vuelta a la “nueva normalidad”. Dentro de la primera fase, el Gobierno Nacional se abocó a evitar una disrupción de los ingresos de los hogares, asistir a las empresas para preservar el empleo y garantizar el abastecimiento y el normal funcionamiento de los servicios esenciales, junto con el fortalecimiento del gasto público en salud.

El Banco Central ocupó un rol fundamental en amortiguar el impacto de la crisis, focalizando sus esfuerzos en: adecuar el funcionamiento del sistema financiero al aislamiento obligatorio; aliviar la situación financiera de empresas y familias; proteger el ahorro en pesos de los hogares, e impulsar el crédito al sector productivo.

En cuanto a las medidas orientadas a la protección de los ahorristas, una tasa de interés mínima para los plazos fijos, en un nivel de 70% de la tasa de Leliq (equivalente a 30,1% en términos efectivos anuales) y los plazos fijos UVA precancelables, garantizan una tasa de remuneración positiva en términos reales.

Por otro lado, las medidas de alivio financiero implementadas por el Banco Central propiciaron un récord histórico de otorgamiento de crédito para el sistema financiero, por el monto y la velocidad en que se volcaron al mercado. Al cierre de este informe, los montos aprobados y en proceso de aprobación a MiPyMes y a prestadoras de servicios de salud ascendían a $223.280 millones. Los desembolsos por $183.870 millones alcanzaban a 113.618 empresas. Asimismo, la asistencia financiera para monotributistas y autónomos a través de la línea de crédito a tasa cero, a 15 días de su vigencia, alcanzaba a 151.443 individuos por un monto total de $19.890 millones.

La autoridad monetaria aportó los recursos necesarios para financiar las medidas fiscales implementadas por el Gobierno, sin acceso al crédito internacional y en pleno proceso de reestructuración de los pasivos externos. Los controles de capitales vigentes permitieron acotar la volatilidad cambiaria, evitando mayores presiones inflacionarias y contribuyendo a preservar la estabilidad financiera.

La flotación administrada del tipo de cambio que propició el Banco Central, junto con la postergación en el ajuste de las tarifas de los servicios públicos, favoreció el descenso de la inflación. La fijación de Precios Máximos en productos esenciales de consumo masivo, el acuerdo de precios de medicamentos con referentes del sector y el programa de Precios Cuidados contribuyeron a la menor inflación de abril, que se espera continúe en niveles acotados durante los próximos meses.

La gestión de la política monetaria en la emergencia requerirá de una importante expansión de la liquidez. Una vez superada la pandemia, el BCRA hará todos los ajustes en la liquidez que sean necesarios para sostener la recuperación y normalizar la liquidez. A tal fin se debe tener en cuenta que el crecimiento de la demanda de dinero que trae aparejada la recuperación económica contribuirá a absorber una importante porción de los recursos volcados al mercado.

En este sentido, se debe remarcar que la monetización de la economía argentina se encontraba al inicio de este proceso en niveles históricamente bajos. Finalmente es importante tener presente que el Banco Central cuenta con una amplia gama de herramientas para esterilizar los excesos de liquidez que pudieran emerger durante el proceso de normalización.

En paralelo, el compromiso asumido junto al Ministerio de Economía de la Nación, en vistas de desarrollar un potente mercado de deuda en moneda local, favorecerá la canalización de los excesos de liquidez hacia las necesidades de financiamiento latentes en nuestra economía.

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Martes 19 de mayo de 2020.

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