Invitamos a leer la nueva nota de Ideas de Peso, el espacio en el que los economistas que trabajan en el BCRA comparten su opinión:
En entradas previas se han desarrollado los aspectos más significativos del espacio de criptoactivos, considerando tanto sus implicancias en materia de estabilidad financiera como los riesgos que implican desde un enfoque microprudencial. Asimismo, se han desarrollado las cuestiones relativas a la tecnología que subyace a estos instrumentos. En esta ocasión presentaremos los desafíos que enfrentan los reguladores, las respuestas normativas de algunas jurisdicciones seleccionadas y la tendencia reciente en la materia, caracterizada por la búsqueda de un enfoque coordinado entre países.
Innovación tecnológica y desafíos regulatorios
El desarrollo reciente de los criptoactivos y la tecnología que los soporta implica desafíos regulatorios únicos, dado que se trata de activos intangibles (digitales) que utilizan tecnologías basadas en Internet cuya emisión, validación, transferencia, registro y almacenamiento tienen lugar sin intervención de una autoridad central, lo que representa dificultades a la hora de encuadrarlos dentro de los modelos regulatorios tradicionales.
En primer lugar, estos esquemas son difíciles de monitorear, dado que su naturaleza opaca dificulta la recopilación de información, tanto a fines estadísticos como para evaluar su funcionamiento. Por otra parte, el alcance transfronterizo de la red plantea dificultades para determinar cuál es la jurisdicción con autoridad sobre la transacción o las partes involucradas. Asimismo, habida cuenta que mediante la tecnología DLT se elimina la necesidad de un emisor o un procesador de pagos, intermediario central que habitualmente es el punto focal de la regulación, la pregunta relevante es, entonces, a quién regular. ¿A los usuarios individuales o a los otros participantes del mercado (exchanges, wallets, brokers)?
11 de junio de 2018