Banca pública, banca privada y crisis: El Banco de la Nación Argentina como prestamista de última instancia entre la Primera Guerra Mundial y la posguerra

28;#Andrés Regalsky;#642;#Mariano Iglesias

Ver

2015-06 - En 1914 se abatió sobre la Argentina una severa crisis comercial y financiera, que tuvo un fuerte impacto en el nivel de la actividad económica. La interrupción de los flujos financieros externos, que ya venían mermando desde la crisis de los Balcanes, trajo serias repercusiones en el sistema financiero, en el mercado inmobiliario y en otras actividades conexas, con una importante secuela de quebrantos empresariales y desocupación obrera. Por otra parte, la caída de los ingresos fiscales y las complicaciones en los mercados financieros internacionales hicieron recaer el peso de la financiación pública sobre el mercado local. Luego de una importante recuperación entre 1918 y 1920, una nueva crisis internacional a fines de ese último año impactó rudamente sobre la balanza de pagos, las finanzas públicas y en aquellas actividades que se habían visto más favorecidas en los años previos, como la ganadería. El Banco de la Nación Argentina, que experimentó en estos años su mayor expansión, fue llamado a desempeñar nuevas funciones, tanto en la financiación del sector público como de un amplio espectro de actividades productivas. Tal vez el aspecto más saliente, y menos estudiado, fue el de su nuevo papel en relación al sistema bancario y la banca privada, donde se puede apreciar su intervención —a la manera de un banco central— como prestamista de última instancia en las diversas coyunturas críticas. Este trabajo revisa estas cuestiones, deteniéndose en el caso del Banco Español del Río de la Plata, aquél donde la acción de salvataje del BNA asumió, hacia 1923-24, un carácter más pleno y masivo, como último remezón de las perturbaciones del ciclo de guerra y posguerra.