Lunes 28 de octubre de 2019. Guido Sandleris, presidente del BCRA, brindó una conferencia de prensa.
A continuación, su discurso:
Buenos días a todos.
Antes que nada, quiero felicitar al Presidente electo, Alberto Fernández, y a todos los argentinos, por la jornada democrática de ayer.
El resultado de las elecciones abre una transición entre dos administraciones de distinto signo político, en un contexto de alta incertidumbre económica.
Como ya he dicho en otras oportunidades, no es normal que una elección presidencial genere el nivel de incertidumbre y volatilidad que hemos visto en estos meses. Esto no ocurre en otros lugares del mundo.
La mayoría de los países de la región ha logrado alcanzar ciertos consensos básicos sobre las reglas económicas que hacen que los procesos electorales no afecten a sus economías. Lamentablemente, los argentinos no hemos sabido construir estos consensos básicos que nos protejan contra la incertidumbre que puede generar un cambio de gobierno.
Más alla del proceso electoral, este es el Banco Central de los argentinos. Y por eso, para nosotros es tan importante lo que suceda hasta el 10 de diciembre como lo que ocurra después. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para asegurar que el Banco Central tenga las herramientas necesarias para continuar desarrollando una política monetaria consistente.
En este sentido, el directorio del Banco Central se reunió ayer después de las elecciones y luego de analizar distintos escenarios decidió tomar las medidas adicionales ya anunciadas anoche para proteger las reservas internacionales y permitir al nuevo gobierno contar con más grados de libertad para la implementación de sus políticas económicas.
En los últimos días de la semana pasada observamos un aumento importante en la demanda de dólares, principalmente por parte de los individuos. Ante el riesgo de que este fenómeno se mantuviera esta semana, es que decidimos profundizar los controles en este frente.
Tal como informamos anoche, a partir de hoy, hemos reducido a 200 dólares mensuales el monto máximo que pueden comprar los individuos para atesoramiento sin autorización previa del Banco Central.
Sé que esta medida, aun siendo temporaria, es muy estricta y afecta a muchas personas. Su objetivo, repito, es preservar las reservas durante este período de transición, hasta tanto el nuevo gobierno defina sus lineamientos de política económica y se disipe la incertidumbre.
El resto del esquema cambiario se mantiene básicamente sin modificaciones. Buscamos preservar lo más posible a la economía real de los vaivenes financieros. Por eso las medidas anunciadas aquí se enfocan exclusivamente en la compra de dólares para atesoramiento y especulación financiera, y no afectan el acceso al mercado cambiario para el comercio exterior o el pago de deudas.
Decía antes que la Argentina había tenido dificultades para encontrar consensos básicos. Una excepción que ya he mencionado en otras ocasiones, y que tiene que ver con la regulación prudencial de su sistema financiero. Hace más de 15 años el Banco Central estableció regulaciones que limitan fuertemente la exposición de los bancos al sector público y dividió al sistema bancario en dos segmentos, dólares y pesos, casi totalmente aislados en la práctica. La regulación estableció también que en forma precautoria los bancos deben mantener niveles muy elevados de liquidez.
Mucho más elevados que los estándares internacionales. Todas las administraciones desde entonces han respetado estos principios.
Este es un ejemplo de un consenso básico que sí hemos sabido construir y que protege a los ahorristas. Y este consenso ha permitido que nuestro sistema financiero haya permanecido sólido a pesar de la fuerte volatilidad reciente que hemos vivido.
Para terminar, como sucede en todos los países del mundo la coordinación de la política monetaria con el resto de la política económica es clave. En este contexto, trabajaré en esta transición para crear un marco adecuado para la coordinación de estas políticas con el nuevo equipo económico.
En estos años se ha avanzado en la corrección de algunos de los desequilibrios que arrastraba nuestra economía. Se han prácticamente eliminado el desequilibrio fiscal primario y el desequilibrio externo, y se ha revertido gran parte del atraso de las tarifas de servicios públicos.
Sin embargo, también es cierto que enfrentamos urgentes desafíos. La inflación ha aumentado luego de los períodos de inestabilidad cambiaria recientes y la actividad económica debe recobrar su dinamismo para así reducir la pobreza. Para ello, es crucial terminar con la actual incertidumbre economica.
Dije hace poco que no hay esquema económico que pueda ser exitoso sin mínimos consensos políticos acerca del mismo. Estamos como sociedad ante la oportunidad de avanzar en la construcción de estos consensos. Si lo hacemos estoy seguro de que los argentinos, finalmente, lograremos reducir la inflación y, sobre todo, empezaremos a recorrer ese camino de crecimiento sostenido que nos ha sido esquivo por mucho tiempo.
Muchas gracias.