Anne Löscher, Annina Kaltenbrunner
2022-09-16 - Este artículo aborda los desafíos macroeconómicos derivados del doble impacto del cambio climático y la dependencia del financiamiento externo en los países periféricos. El documento utiliza el concepto post-keynesiano de “tasa propia de rendimiento” de un activo, para evaluar cómo la exposición a los efectos combinados de la volatilidad de los flujos de capital y la vulnerabilidad frente a los riesgos físicos y de transición del cambio climático, reducen el espacio de política macroeconómica. Se sostiene que el cambio climático y sus estrategias de mitigación contribuyen a incrementar la inestabilidad financiera, propiciando el “vuelo hacia la calidad” de los inversores internacionales. Esto se traduce en una mayor fragilidad financiera externa en los países de bajos ingresos con un alto grado de dependencia de la producción de commodities, al experimentar una mayor volatilidad de sus tipos de cambio y presiones devaluatorias, que deterioran las primas de liquidez de las monedas de los países afectados y, como resultado, incrementan las expectativas devaluatorias a corto plazo. En consecuencia, los hacedores de política en los países afectados se ven obligados a comprometerse con políticas favorables a los inversores y altas tasas de interés para mantener la aceptación de sus monedas. La exposición a los riesgos físicos del cambio climático y sus estrategias de mitigación, por lo tanto, contribuyen a autoperpetuar las asimetrías y jerarquías monetarias internacionales.