Mateo Piccolo
2021-07-30 - Este trabajo intenta responder a la pregunta sobre cómo ha sido la cooperación monetaria en la post-crisis de 2007-8, en términos de si ha sido suficiente o no para dar tratamiento a los principales problemas del orden monetario internacional y en términos de las herramientas que la han caracterizado. Los hallazgos del trabajo apuntan a una respuesta dividida. La cooperación monetaria con fines de estabilidad financiera fue profunda y variada, en general abarcando con éxito casi la totalidad de problemas identificados en este ámbito: la regulación y supervisión financiera, la adopción en tiempo y forma de los estándares de regulación homogéneos (Basilea III) y la incorporación del análisis de riesgos sistémicos en los enfoques supervisores. Además, la agenda de cooperación para la estabilidad financiera incluyó también una expansión bastante comprensiva de la red de recursos que los países tienen disponibles para afrontar crisis, la llamada “Global Financial Safety Net”. En contraste, la cooperación post-crisis para dar tratamiento a los problemas conjuntos de estabilidad monetaria y financiera no fue suficiente; es decir, aquella que debía dar tratamiento a los desbalances financieros y los contagios cross-border de la política monetaria. Se ha fracasado en la tarea de que los países desarrollados internalicen los efectos contagio que su política monetaria genera en terceros, en particular contribuyendo a la generación de desbalances financieros cross-border, que siguen siendo a la fecha el problema cooperativo más importante –y sin solución– del orden monetario internacional.