Marco Polo en sus viajes por China en el siglo XIII, descubrió la existencia del papel moneda. Éste era mandado a fabricar por el emperador, también llamado por los mongoles “Gran Kan”, en la ciudad de Kanbalu y se producía en base a la hoja del árbol de mora, la morera.
Para garantizar el amplio uso del papel moneda, el Imperio Chino confiscaba el oro, la plata, las piedras preciosas y perlas que tuvieran los ciudadanos o que ingresaran los mercaderes. A cambio, otorgaba estas piezas de papel con el sello del emperador a un precio establecido por un consejo de burócratas.
Algo curioso, es que el tamaño de los billetes era un tanto exagerado comparado con los de hoy en día, existiendo uno que alcanzaba los 22 por 32cm y que equivalía a mil monedas, que, de llevarlas encima, pesarían en conjunto aproximadamente tres kilos y medio[1]
El origen del papel moneda, está asociado al de la imprenta y la elaboración del papel, que también se originaron en China. Su uso alcanzó su apogeo en época del dominio de los emperadores mongoles ya que facilitaba la administración del gigantesco imperio sobre todo en lo referido al cobro de impuestos y debido a que el papel moneda era más sencillo (¡y liviano!) de trasladar que las monedas metálicas.
Sin embargo, hay versiones que indican que el papel moneda ya era utilizado en China antes del dominio de los Mongoles, bajo la dinastía Song.
Particularmente, se habrían introducido los billetes en el Sudoeste chino a fines del siglo X y principios del XI. La mala experiencia de emisión a cargo de compañías privadas llevó al emperador a reservarse el derecho de emitir papel moneda. Los mongoles lo introdujeron en Persia en el siglo XIII y hay quienes sostienen que existió en el siglo XIV también en Japón.
Desde el siglo XV China abandonó su sistema de papel moneda (al menos en la historia no se menciona nada luego de 1445), que fue nuevamente introducido recién entrado el siglo XX.
No llegaron a nuestros días piezas del dinero mongol. Sí se encuentran, en ciertos museos, billetes Kwan emitidos por los sucesores de los mongoles en la segunda mitad del siglo XIV.
[1] A modo de comparación, podemos ver que hoy en Argentina, el billete de mayor denominación es el de $ 100 (cien pesos). Si consideramos que un billete de 100 pesos es equivalente a 1.000 monedas de 10 centavos y cada una pesa aproximadamente 2,2 gramos, entonces el billete de 100 pesos pesaría (en monedas de 10 centavos) aproximadamente 2.200 gramos, es decir 2,2 kilogramos
Fuentes:
Pickering, J. (1844) The History of Paper Money in China. Journal of the American Oriental Society, Vol. 1, No. 2, pp. 136-142
Seeber, F. (1882) Estudio sobre la nacionalización del Banco de la Provincia de Buenos Aires acompañado de una reseña histórica de la moneda y los bancos. Buenos Aires: Impr. Inglesa a Vapor de Juan H. Kidd