Deben ser seguras y deben ser modificadas periódicamente. Hay que tener en cuenta que sean difíciles de adivinar y fáciles de recordar. Esa clave no debería ser la dirección personal, ni la fecha de nacimiento u otro número que pueda obtenerse fácilmente de documentos que se guarden en el mismo lugar que la tarjeta. Al operar en un cajero automático se debe pensar en la seguridad personal. No digitar la clave personal en presencia de personas desconocidas, aun cuando pretendan ayudar, ni facilitar la tarjeta a terceros.