Manejar tus ahorros es posible una vez que tenés en mente tus objetivos y tu plan para alcanzarlos. Sólo una vez que hiciste un presupuesto y tenés un plan podés determinar la cantidad de recursos que podés destinar al ahorro.
Tus ahorros pueden provenir de guardar una parte de tus ingresos o bien de reducir o racionalizar tus gastos. En períodos de tiempo más cortos, va a ser más fácil controlar tus gastos que tus ingresos. Los ingresos suelen ser más previsibles y difíciles de cambiar de un día para otro. En cambio, los gastos son una variable que podés controlar más fácilmente. Por ejemplo, podés consumir menos o, lo que es mejor, consumir lo mismo, pero más barato, investigando y comparando todas las opciones posibles.
Algunos especialistas recomiendan tener ahorrado el monto equivalente a tres veces el ingreso mensual promedio. Otros expertos proponen ahorrar el 10% de los ingresos todos los meses. Más allá del número concreto, lo más importante es adquirir el hábito del ahorro y recordar que el ahorro no es una cuestión de sacrificio, y que ahorrás para cumplir con tus objetivos concretos.
¿Por qué ahorrar?
Pero volvamos un paso atrás, ¿por qué deberías ahorrar? A fin de cuentas, nadie sabe con exactitud qué pasará mañana, y privarse de consumir hoy podría traerte algunas dificultades. ¿Por qué alguien elegiría sacrificar su consumo hoy? Esencialmente, porque ahorrar permite poder cumplir objetivos y metas en el futuro, a la par de que incentiva el crecimiento económico y el bienestar de la sociedad.
Desde un punto de vista individual ahorrar es muy conveniente por diversos motivos. Por ejemplo, algunos economistas han señalado que la práctica del ahorro permite “suavizar” el consumo de una persona lo largo de su vida. Este es el caso de la “hipótesis del ciclo-vitalicio”. Esta teoría sugiere que los ingresos a lo largo de la vida tienen un comportamiento en forma de campana; aumentan, tocan un techo y bajan. En tanto, el consumo se mantiene relativamente estable, como lo muestra la línea horizontal en el gráfico.
Esto significa que en la parte de la vida en la que se trabaja y se es parte de la población económicamente activa, es más probable que los ingresos superen a los gastos. Los ingresos de las personas son nulos en los primeros años de su vida, cuando no se tiene edad suficiente para trabajar y los recursos se obtienen por la ayuda de los padres. Pero también tienden a ser menores una vez que llega el momento de retiro de la actividad laboral, donde el financiamiento proviene fundamentalmente de la jubilación.
El punto importante es que si existe un momento propicio para ahorrar en la vida de toda persona suele ser cuando ésta participa activamente de la vida laboral y son mayores las probabilidades de que sus ingresos sean mayores que sus gastos. Sería deseable el ahorro en esta etapa para poder afrontar los gastos en los que se incurrirá una vez que llegue el retiro de la vida laboral, que probablemente serán mayores que los ingresos.
Además de este motivo, a nivel individual el ahorro te permite:
• Enfrentar situaciones inesperadas como enfermedades, desempleo o una reducción de tus ingresos.
• Facilitar la planificación de gastos futuros para eventos especiales como casamientos, viajes, compra de una vivienda, etc.
• Aprovechar oportunidades de inversión.
• Mayor tranquilidad en el transcurso de tu “vida económica”.
• Evitar el endeudamiento excesivo en caso de emergencias.
¿Ahorrar mucho o ahorrar periódicamente?
Es conveniente ahorrar de a poco y frecuentemente, en lugar de todo en muy poco tiempo. En lo que respecta al ahorro, lo importante es la constancia. Ser irregular en tu hábito de ahorro podrá ser un alivio hoy, pero hará que tengás que esforzarte mucho más mañana. Además, si empezás a ahorrar con tiempo podés beneficiarte en mayor medida del interés compuesto.
¿Qué es el interés compuesto? Supongamos que depositás $1.000 en una inversión que paga un 10 % de interés. Los dejás ahí por 10 años. Quizás esperás tener ganancias de $1.000 o un total de $2.000 en tu cuenta ($1.000 x 0,1 x 10 = $1.000). Agregando los $1.000 de ganancias a tu cuenta original de $1.000 te dejaría con $2.000, ¿verdad?
Pero ¡No!. Tendrías más que eso. Tu ganancia sería mucho más alta porque no sólo ganás interés sobre el capital inicial, sino que también lo ganarías sobre el interés que vas acumulando. Esto es lo que se llama interés compuesto.
Te mostramos un ejemplo de cómo funciona el interés compuesto. Asumamos que el 10 % de interés se acumula anualmente. El primer año ganás $100 de interés. Ahora tenés $1.100. El segundo año ganás interés sobre los $1.100 ($1.100 x 0,1 = $110). Ahora tenés $1.210. El tercer año lo mismo, y así sucesivamente. Al transcurrir 10 años tendrás $2.593, que es mucho mayor que los $2000. ¡Esto se debe al poder del interés compuesto!
La Regla del 72
Utilizando el interés compuesto, podés descubrir cuánto tardará el dinero en duplicarse dividiendo al número 72 por la tasa de interés. Con la regla del 72, podés calcular cuánto tiempo tardará tu dinero en duplicarse a cierta tasa de interés mientras que vuelvas a invertir tus ganancias. Por ejemplo, al 10% de interés, el dinero se duplicará en 7,2 años si el interés se acumula (72 ÷ 10 = 7,2 años).
Veamos cuánto tardaría en duplicarse el dinero.
Inversión | Tasa de interés | Años aproximados para duplicar |
Caja de ahorros | 0,2% | 360 años |
Plazo fijo | 25% | Casi 3 años |
Letras del tesoro de Argentina | 18% | 4 años |
Bono de una empresa | 30% | 2 años y medio |
Como existe el interés compuesto, te beneficia ahorrar a temprana edad y frecuentemente. Ahorrando desde más joven tenés la posibilidad de ganar muchos más ahorros por los intereses.
¿Por qué crecen los ahorros?
• Por el tiempo durante el cual ahorrás. Mientras más temprano o por más tiempo ahorrés, tendrás más ahorros.
• Por la cantidad de dinero que ahorrás. Si reservás para el futuro una mayor porción de tus ingresos, más ahorros tendrás.
• Por la tasa de interés que te pagan por tus ahorros. Mientras más alta sea la tasa de interés, más rápido crecerán tus ahorros.
¿Por qué te pagan intereses?
Mientras más alta sea la tasa de interés, más dinero vas a ganar depositando en un banco o invirtiendo tus ahorros. Pero los bancos que compiten por tus ahorros no te van a pagar una tasa de interés alta por ser bondadosos. Tus ahorros e inversiones no sólo te enriquecen a vos, sino que apoyan el crecimiento de la economía. Es por eso que los bancos, el Gobierno y las empresas te pagan por el uso de tu dinero. Ellos esperan obtener ganancias y mejorar las condiciones de vida de la sociedad al canalizar tus ahorros hacia distintos proyectos de inversión.